Hace décadas, un joven llamado Alfredo Martínez llegó a este país con más ganas de trabajar que herramientas en sus manos.
Con un corazón lleno de sueños y la determinación de forjar un mejor porvenir para su familia, comenzó en la construcción desde lo más básico: cargando materiales, aprendiendo cada oficio, cada técnica y, sobre todo, cada valor que define a un verdadero constructor.

No tenía oficinas ni grandes contratos, pero sí una ética de trabajo inquebrantable y la convicción de que la calidad y la palabra cumplida valen más que cualquier maquinaria.
Poco a poco, proyecto tras proyecto, Alfredo fue ganándose la confianza de clientes y compañeros, levantando no solo estructuras, sino también un nombre respetado en el sector.

Ese fue el cimiento sobre el que se construyó Symmetry Construction Group Corp.
Una empresa nacida del esfuerzo genuino, del orgullo por hacer las cosas bien y del amor por el oficio.

Con el tiempo, Alfredo cedió la dirección de la empresa a su hijo, Lázaro Martínez, quien creció viendo las madrugadas, los sacrificios y las satisfacciones de su padre.
Lázaro heredó no solo la empresa, sino también el compromiso con la excelencia y la visión de llevar el legado familiar a un nuevo nivel.

Bajo su liderazgo, Symmetry Construction Group Corp se ha modernizado, ampliado sus servicios y alcanzado una presencia destacada en proyectos de gran envergadura, incluyendo obras comerciales, institucionales, residenciales y especializadas en healthcare.
Lázaro ha sabido unir la tradición y los valores de su padre con la innovación, la tecnología y una visión estratégica para el futuro.

Hoy, Symmetry no es solo una constructora.
Es el resultado de dos generaciones que creen en el trabajo honesto, en el valor de las relaciones humanas y en la responsabilidad de dejar huella en cada comunidad donde construimos.

Y aunque hemos crecido y evolucionado, seguimos construyendo con las mismas manos, principios y corazón con los que Alfredo levantó su primer muro.